24 d’abr. 2010

La Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals

Estos días se ha estado debatiendo y finalmente aprobando un decreto en el Parlament de Catalunya para que baste con una mayoría de la mitad de la cámara para substituir a los miembros del consejo de gobierno de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA). El hasta ahora presidente, Albert Sáez, deja el cargo para trabajar en El Periódico y su vacante en la presidencia, en una nueva muestra de buena práctica política, fue paralizada por CiU ya que Sáez es cercano al gobierno y el candidato propuesto, Enric Marín, también lo es. Si no se substituía al presidente, la configuración del nuevo consejo favorecería a la formación nacionalista, y como aquí lo importante es el reparto de poder, mejor no substituir a los miembros y esperar a las elecciones y a una configuración del parlamento previsiblemente más favorable a CiU. Luego ya iremos quejándonos de que el tribunal Constitucional no substituye a sus miembros. Más allá del hecho de que la gente acepte cargos públicos y luego no cumpla su mandato en un ejemplo de responsabilidad, y de que en el momento de redactar la ley nadie se plantease un mecanismo de substitución de los miembros, este es un buen momento para recordar el despropósito de la elección del consejo de gobierno de la CCMA.


Para salvaguardar la independencia de la CCMA, el parlamento catalán aprobó una nueva ley en 2007. Con esta ley, se cambiaba el nombre de la Corporación –anteriormente de Ràdio y Televisió- y se establecia la necesidad de un consenso de tres cuartas partes de la cámara para designar a los miembros del consejo de gobierno. De este modo se pretendía acabar con la politización de los medios catalanes. ¿Seguro?


Aún no se había publicado la ley cuando el diputado del PSC Joan Ferran, en una entrevista concedida a El Periódico el 4 de diciembre de 2007, manifestaba la necesidad de “arrancar de Catalunya Ràdio y TV-3 la costra nacionalista", y aseguraba: “con la nueva ley se empezará a respetar la pluralidad, la diversidad, la objetividad y el libre ejercicio profesional del periodismo”. Tras estas declaraciones, el conseller de Cultura i Mitjans de Comunicació, Joan Manuel Tresserras (ERC), negó que el gobierno compartiese las declaraciones de Ferran. También la segunda autoridad política del país, el presidente del Parlament Ernest Benach (ERC), se vio involucrado en el asunto al negar la potestad del CAC para sancionar al diputado socialista. Todo esto justo antes de nombrar al consejo de gobierno de la CCMA.


El gobierno de la Generalitat propuso para la presidencia a Albert Sáez, hasta entonces responsable de comunicación del gobierno, medida que CiU rechazó al considerar que la propuesta iba contra “el espíritu despolitizador” de la ley. Como alternativa, CiU propuso a David Madí, responsable de campaña de los nacionalistas y autor del famoso confidencial.cat. Toda una muestra de independencia y coherencia política por parte de CiU. La respuesta del PSC a esta propuesta no desmerece a la de CiU: la diputada socialista Anna Balletbò. Según el ABC (16.12.2007), Madí intentó mediar en el conflicto y convencer a los socialistas con esta propuesta: “Yo me quedo TV3, tú con C33 y tus socios con Catalunya Rádio”.


Ante el baile de nombres que surgían para dirigir la Corporación, Quim Monzó publicó un artículo en La Vanguardia titulado “¿Y de mí no se acuerda nadie o qué?”, donde presentaba su candidatura al cargo y en respuesta a la propuesta de Madí, proponía al PSC que propusiera a Jose Zaragoza, secretario de organización y finanzas de los socialistas. Era necesario hacer broma para no echarse a llorar.


Finalmente, todos se pusieron de acuerdo en el nombramiento del consejo en una subasta política: cuatro miembros designados por CiU, tres por el PSC, uno de ERC, otro de ERC pactado con CiU, y para mantener la equidistancia, otro de ERC pactado con el PSC. Las dos últimas plazas para los hermanos pobres del parlamento catalán, PPC e ICV. Ciudadanos se quedan sin representantes, y quizás por eso, se pudo ver un Albert Rivera muy combativo contra el resto de partidos en la última sesión parlamentaria en la que se aprobó el nuevo decreto. Finalmente, Albert Saéz fue elegido presidente del consejo de gobierno.


Toda la suerte del mundo para Enric Marín, a quién he tenido la suerte de tener como profesor, en esta nueva etapa y en ningún momento pongo en duda la profesionalidad de ninguno de los miembros de la CCMA, pero parece que la politización de los medios catalanes está muy lejos de acabar. Bendito país.

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