23 de març 2010

Desafección y populismo

Desde hace ya algunos años se ha hablado mucho de la desafección que siente la población en Catalunya hacia su clase política. Los continuos escándalos, declaraciones y contradeclaraciones acusativas de nuestros representantes–la táctica del ventilador-, debates estériles y falta de valentía para afrontar problemas como la inmigración, han hecho caer a nuestra clase política en un descredito que tarde o temprano había de pasar factura y tener consecuencias, y parece que ese momento será en las próximas elecciones catalanas.

Según las encuestas, es posible que consigan representación parlamentaria Plataforma per Catalunya, Reagrupament.cat y que se mantenga en el parlamento Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía. En el caso de la formación de Carretero –y probablemente de Laporta-, su programa político se basa exclusivamente en una palabra, Catalunya, sin aclarar si tiene un programa de derechas o de izquierdas ni cualquier postura socialmente importante como la opinión del partido respecto al aborto o los matrimonios homosexuales. De Ciudadanos ya se ha hablado mucho durante esta legislatura, pero baste con recordar que la formación se define como “socialdemócrata liberal”, términos contradictorios que esconden un programa basado en una batalla idiomática a favor de un castellano, según ellos, perseguido en Catalunya.

Pero el caso que más ha preocupado a la mayoría de la sociedad es la posibilidad de acceder al parlamento de la formación filo-fascista Plataforma per Catalunya, liderada por el ex-militante de Fuerza Nueva, Josep Anglada. La formación solo tiene un mensaje: moros fuera. Y desgraciadamente, el mensaje está calando hondo en parte del electorado. Muchos políticos han manifestado que los medios deberían obviar a Anglada para no hacerle publicidad, pues bien, el pasado lunes Canal Català emitía un debate político en prime time que contaba con la presencia del líder de PxC, Carlos “el yoyas” y el padre Apeles, televisión de calidad para un gran debate político.

¿A qué se debe este cambio en las intenciones electorales? No parece que sea todo culpa de los medios. Aunque los medios estén dando en la actualidad mucho bombo a Anglada, durante años el líder de PxC jamás había aparecido en ningún medio de comunicación, y Carretero desapareció de la escena pública tras abandonar el gobierno de Maragall, para volver a aparecer solo para perder –y no aceptar- el congreso de ERC y presentar su nueva formación nacionalista excluyente. Ciudadanos ha tenido cobertura debido a su presencia en el parlamento, aunque ha sido escasa con la excepción de medios como la COPE obsesionados por mentir sobre Catalunya y publicitar a estos Lerrouxistas del siglo XXI. En la última campaña electoral a las Cortes Generales, el PSC arrasó en Catalunya sin ningún mensaje más allá del slogan: “Si tu no vas ellos vuelven”. Destacar el buen trabajo de José Zaragoza en la campaña de los socialistas, pero sorprende que un electorado que se queja de la política de enfrentamiento sin discurso ni proyecto solo responda ante una campaña publicitaria desprovista de mensaje y centrada en el adversario.

Los partidos políticos catalanes deberían abandonar la demagogia y los insultos dirigidos a sus oponentes para centrarse en un debate político más serio si no quieren hacer crecer aún más a estas formaciones populistas, y los medios de comunicación deberían de dejar de ejercer como altavoces de personajes como Anglada por mucha audiencia que les pueda ofrecer. Charles Bukowski escribió en La senda del perdedor que la mejor manera de defender una idea es que está este carente de contenido, ya que así es muy difícil que te cojan en una contradicción. Las formaciones políticas tradicionales se basan en una ideología que, aunque nos pueda gustar más o menos según el caso, abarca distintas áreas que fácilmente, debido a la complejidad de la sociedad, pueden ponerles en situaciones incomodas e incluso contradictorias, mientras que los partidos anteriormente nombrados, al no tener ninguna postura más allá de su único tema les permite parecer más coherentes ante el electorado. Nos podemos encontrar ante unos resultados electorales que hagan el país ingobernable, una situación que los políticos, medios de comunicación y la población hemos generado. Quizás tenemos los medios y los políticos que nos merecemos.

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