14 de març 2010

Imperativo moral

No conozco ninguna mujer que desee abortar. Nunca me he encontrado ni conozco nadie que en medio de una relación, con la excitación del momento y a falta de anticonceptivos, escuchara a su pareja decir: “Tranquilo, si no funciona la marcha atrás, aborto y asunto arreglado”. Con esto, me gustaría aclarar que la aprobación de una ley para despenalizar el aborto no supone una barra libre para abortar, las mujeres no van a interrumpir su embarazo como si de otro método anticonceptivo se tratase. Entonces, ¿Dónde está la polémica en la futura ley para despenalizar el aborto? ¿Por qué existe una parte de la sociedad que se niega a aprobar una ley en este sentido? Según este sector social, la razón más importante es que la vida se inicia en el momento de la concepción, y la interrupción del embarazo supone poco más que un asesinato. Pensando un poco en esta tesis, es fácil encontrar fallos en su razonamiento, ya que hasta donde yo conozco, incluso el cardenal Rouco cuenta su edad desde el momento de su nacimiento, no de su concepción. Desde un punto de vista moral, cada cual es libre de tener su opinión y actuar en consecuencia y es en este sentido en el que hay que incidir que la nueva ley no obliga a nadie a interrumpir su embarazo, solo ampara a las mujeres que, por motivos tan diversos que van desde la violación hasta la incapacidad económica de garantizar la supervivencia de un hijo, se ven obligadas a abortar actuando en contra de su imperativo biológico. Según la Organización Mundial de la Salud, ochenta mil mujeres mueren cada año a causa de abortos practicados en condiciones de insalubridad, en países en los que aún no existe una despenalización del aborto. Pensar que una prohibición va a evitar los abortos en España cuando estas muertes sucedieron en países mucho más estrictos en los que la interrupción del embarazo, aun con éxito, puede suponerle la pena de muerte a la mujer, es cerrar los ojos a la realidad. Debemos decidir que modelo de país queremos, uno parecido a Inglaterra o alinearnos en la órbita de Irán. La aprobación de la ley evitaría poner en peligro a las más de cien mil mujeres que abortaron el año pasado en España y supondría un apoyo psicológico a unas mujeres que se enfrentan, posiblemente, al momento más duro de sus vidas. Ya no es solo un asunto legal sino que es, se mire por donde se mire, un imperativo moral aprobar una ley para regular la interrupción del embarazo.

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